La flor que ha caído en mi regazo ha perdido su olor, se está marchitando y quiere marchitarse más. ¡No te marchites negra flor! Alza tus pétalos al viento y déjate llevar. Siente su olor marchito, putrefacto, como si se hubiera vuelto a equivocar...
aunque se marchite la flor, nuestro corazón o la vida misma, sólo hay que dejarnos llevar por el sol radiante de un nuevo amanecer.
ResponderEliminarme alegra pasar por aquí... gracias por compartir un pedacito de ti
saludos!!!