miércoles, 28 de abril de 2010

Ni me importa

Ni me importa lo que me importa

Al vuelo se entregó soltando su efecto


La casualidad se puso el disfraz de una mariposa...

Sífica


Frustración y repetición,
ya son más de mil horas
las que he invertido en mi misión,
y sigue aún la deshonra.

Miedo y frío.
Cuestión de luchar,
pero hay que caer en el olvido
de que la derrota es el final.

Sueño e ilusión,

¡cuántas noches en vela
he sufrido la desesperación
por mi mente entera!

Fidelidad y sumisión

hacia los valores que me dominan,
hacia las mentes que me guían
y hacia el calor de la pasión.

viernes, 23 de abril de 2010

Mírate y mira


¿Te han dicho alguna vez los ojos tan bonitos que tienes? ¿Te han dicho alguna vez que no deberías ser tan negativo? ¿Te han dicho alguna vez que la vida está hecha para disfrutarla y no para quejarse? ¿Te han dicho alguna vez que te quieren? ¿Te han dicho alguna vez que te aman, adoran o idolatran? Si no te lo han dicho nunca, yo te lo digo. Tienes unos ojos muy bonitos, no deberías ser tan negativo, la vida está hecha para disfrutarla y no para quejarse. Te quiero, te amo, te adoro y te idolatro. Vales mucho. Deja de pensar en el futuro y vive el presente. Exprime cada segundo de tu vida. Haz que sea eterno. Que una caricia sea un cielo, un beso... un mundo...

jueves, 22 de abril de 2010

Superviviente



Miré la ciudad a través de la ventana. Todo estaba destruido. Era el último superviviente, pero no podía sobrevivir a mis emociones. A veces paseaba entre ruinas y a veces entre sensaciones. Estaba tan perdido… Me sentía como si san Pedro hubiera regalado entradas para entrar en el cielo y yo, el último de la cola. Y aunque podía tener lo que quisiera, querer lo que amara y amar lo que fuera, me faltaba algo. ¿El último superviviente? Quizá el más desdichado. El necio que se negó a reunirse con los demás y ahora sufre por ello.

Sueños inertes



Me dijo que mirara la luna. Yo la miré. Ella la miró. Los dos la miramos.

Me susurró al oído que eso era amor. Yo lo comprendí. Ella no se lo creía. Ella estaba convencida de que yo sentía algo por ella, pero era una situación inconstante. A veces me atraía y otras lo detestaba.

Acercó sus labios bien perfilados a los míos. Ella creía que yo la besaría. Yo creí que no la besaría.

Nos fundimos en un tierno beso que duró más que la noche. Cuando amaneció estaba abrazada a ella, blanca e inerte.


jueves, 15 de abril de 2010


Una voz tan fina como el agua hace florecer mi alma. Ya está florecida, sólo falta que salgan los capullos, que el viento sea fresco y el color pálido. Ya está aquí ese período, sólo cuando el sol navega alrededor de los mares del tiempo y alumbra el más oscuro rincón de un corazón triste.