miércoles, 29 de diciembre de 2010

La casa esconde, pero no roba, no roba doña Herminia



La habitación en penumbra,
la puerta entreabierta.

El suelo cubierto de mierda,el techo levitando sobre la mierda.
La mesa poblada de cosas,
la mente ocupada en otras.

El ordenador sentado en la mesa,
los altavoces escuchando música.

Las miradas de las fotos en marcos,
los rechazos de malvados peluches.

Entro en la habitación
y todo es familiar.

Todo me rodea y me abduce,
las cosas y las no cosas.

Salgo de la habitación y me meto en otra,
no es lo mismo, hace menos frío.

En junio empieza a comerte el suelo,
ahora no se deja ni pisar.

Así es este cuarto, sucio, para los trastos,
para los recuerdos olvidados.

Para mi mapa perdido, para los billetes
y monedas descuidados.

Para mí, olvidadizo y despistado,
para los dos: yo y mi memoria.

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