sábado, 4 de junio de 2011

II Premio Microcuentos

PAULO


Solo teníamos que seguir viviendo como las personas de entonces: despreocupados, derrochando y contaminando. Eso pasó cuando conocí a Paulo; me hacía reír, llorar, vivir. Él me mostró una nueva filosofía de vida, me decía que todo lo que estaba a mi alrededor era imperfecto, hasta él mismo. Yo hacía caso omiso de sus afirmaciones mientras él me seducía con un mundo lleno de color, imágenes y redes; era lo que siempre había soñado. Recuerdo vivir con él y cuando pasaba algo malo, todo se reducía a un mero puñetazo en la mesa. No había duelo si alguien moría, existía una tenue empatía rápidamente masacrada por el ocio. Así era mi nuevo mundo y Paulo, quien puso patas arriba mi vida en esa tienda de ordenadores rebajados de precio.

1 comentario:

  1. Paulo? Expliquese, si no ahora, cuando termine selectividad. Un abrazo y suerte

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